La anunciada Reforma Hacendaria, que impulsa el Gobierno federal para su implementación a través de la aprobación en el Congreso de la Unión, se suma a las diferentes iniciativas reformistas que están golpeando las clases populares, y ahora también a la clase media de nuestro país. Ya los derechos de los trabajadores se han visto reducidos a la mínima expresión, lo que ya empieza a impactar en los trabajadores, que ahora sólo cuentan como un recurso barato más para las empresas, la educativa, que no tiene nada que ver con la educación, pero ya legalizó las cuotas que deben pagar padres de familia, y redujo los presupuestos destinados al sector, entre otros impactos a la ciudadanía.
Ahora, esta reforma pretende gravar hasta a los chicles, ya que el gobierno no los considera un alimento, de la misma manera, contempla aplicar IVA a las croquetas de perro y todos los alimentos procesados para perros, gatos y pequeñas especies utilizadas como mascotas en el hogar, ya que se considera que no están destinados al consumo humano. La venta de perros, gatos y pequeñas especies también tendrá IVA debido a que la compra de estos animales representa una manifestación de riqueza.
Igualmente, pretenden cargar IVA a conciertos y demás espectáculos patrocinados u organizados por empresas, a excepción del cine y teatro, se propone que los estados cobren un impuesto a los espectáculos públicos, excepto el cine. Ello implica un gravamen de hasta 8 por ciento más para el ciudadano.
También viajar podría ser más caro. Ahora el servicio de transporte público foráneo de pasajeros tendrá IVA, y sólo el transporte terrestre de personas, prestado exclusivamente en áreas urbanas, suburbanas o zonas metropolitanas, permanecerá exento. El IVA también llegará hasta su hogar y sus negocios. La compra-venta de casas, el pago de intereses hipotecarios y el alquiler de vivienda estarían gravados, así como agencias que organizan congresos para público extranjero, que pagarían IVA en servicios como alojamiento, transportación, alimentos y bebidas, el comercio de todas las piezas de oro, joyería, orfebrería, piezas artísticas u ornamentales y lingotes también pagarían este impuesto.
Asimismo, se propone gravar las importaciones temporales en la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX), depósito fiscal automotriz, recinto fiscalizado y recinto fiscalizado estratégico.
En materia de educación, se cobrará IVA en las escuelas privadas, además de eliminarse la tasa preferencial de 11 por ciento en la franja fronteriza, que podrían pagar IVA de 16 por ciento.
Todos estos aumentos impositivos parten del criterio de que el tener una mascota, pagar colegiaturas escolares, viajar en autobuses foráneos, e incluso mascar chicle, entre otras cosas, son señal de contar con riqueza, lo que a un amplio sector considerado de clase media impactara fuertemente, todo ello, en el marco de la recesión económica, que organismos internacionales como la OCD, consideran ya presente en nuestro país, y el rápido crecimiento gradual de la pobreza, por lo que el impacto financiero de esta reforma, tal y como la plantean sus impulsores sería un desastre para millones de personas en nuestro país, que se podrían sumar a las que ya viven formalmente bajo la línea de pobreza.
Un asunto medular de esta reforma es el de la posible eliminación del Ramo 33, en sus diferentes fondos, que representan una de las más importantes fuentes del financiamiento para los 2 mil 500 municipios del país, lo que dejaría prácticamente sin independencia económica para la inversión en obra pública municipal a este nivel de gobierno en el país en detrimento del federalismo que presume respaldar este régimen.
Todo esto representa una serie de mecanismos financieros que golpeando principalmente a la ya de por si vapuleada clase media, tienden a generar mayor desigualdad, y la promesa de que se cree un fondo municipalista, no está reflejado en ninguna parte de la propuesta de reforma ni existe alguna ley secundaria que lo contemple de algún modo hasta el momento.
Esto puede compararse de algún modo con la reforma que en su momento se realizo en Brasil, durante el gobierno de Lula da Silva, donde se logró sacar a 25 millones de personas de niveles de pobreza para incorporarlos a la clase media, que se logró gracias a políticas económicas claramente diseñadas para lograr dicho objetivo, sin embargo, una gran mayoría de analistas no oficiales, e incluso organismos como la Coparmex, entre otros organismos del sector empresarial, coinciden que esta reforma atenta contra la clase media mexicana, que es la que más aporta en impuestos y la que es más productiva.
Y en nuestro Zacatecas no andamos mejor, es sintomático que el publicitado proyecto de instalaciones para la generación de energía eléctrica a base de generadores eoloelectricos (turbinas de aire) sólo servirán para dotar de energía eléctrica a la plantas de Volkswagen en Puebla y Guanajuato, sin aportar ningún beneficio significativo para nuestro estado, es decir, para una inversión de 350 millones de dólares, sólo habrán 60 empleos, obviamente de trabajadores especializados que vendrán de fuera a cubrir las plazas, no hay nada significativo para los Zacatecanos de a pie.
Es especialmente evidente que esta reforma hacendaria sólo viene a cubrir el saqueo que se proyecta contra Pemex, que aporta hasta un 40 por ciento del presupuesto nacional, y cuyo impacto recaerá contra las clases medias y populares, los mexicanos necesitamos estar conscientes de ellos y hacer lo necesario para evitar más daño a la economía domestica, no debemos permitir más afectación, este camino nos lleva al abismo como nación, y en manos de todos, unidos, está el evitarlo. ■
