■ Calculan daños en 800 viviendas de las colonias Alamos I y II, así como en La Trinidad
■ Autoridades estatales y federales recorrieron la zona; Ejército analiza aplicar Plan DN-III
“Saben lo que pasa, pero no lo sienten; les pedimos que se humanicen y nos ayuden”. Las palabras de indignación, como estas, entre las personas afectadas por el desbordamiento del río Aguanaval se replicaron durante todo el evento y a lo largo del recorrido que las autoridades realizaron por la cabecera municipal de Río Grande.
Mientras los funcionarios estatales y federales, encabezados por el gobernador Miguel Alonso Reyes, daban el parte oficial de lo sucedido en la madrugada de este martes con la crecida del río, los pobladores reclamaban atención y pedían la palabra, para poder expresar sus necesidades ante la situación de emergencia que atraviesan.
Un suceso que, hasta el momento, tiene un saldo de más de 2 mil 500 personas afectadas y cerca de 800 viviendas dañadas, sobre todo en las colonias Alamos I y II, así como en La Trinidad.
Desde las 16 horas de este lunes, narraron los más afectados, quienes prefirieron guardar el anonimato para no sufrir represalias por sus quejas, elementos de la Policía Estatal y del Ejército Mexicano les recomendaron salir de sus viviendas por la inminente crecida del río que corre junto a sus casas.
No obstante, según los vecinos, personal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) comentó que no había por qué alarmarse, “que no iba a pasar nada”, y por eso regresaron nuevamente a sus hogares.
Pero aproximadamente a las 19 horas, los habitantes de las principales zonas dañadas comenzaron a ser evacuados definitivamente, pero denunciaron que esto se hizo sin el tiempo suficiente como para rescatar sus enseres; ya cuando el agua estaba en las calles y subía de nivel conforme pasaban los minutos, inundando poco a poco sus casas.
La mayoría de estas personas se refugiaron en viviendas de sus familiares, pero otras acudieron a un albergue habilitado por el gobierno municipal.
El procurador de Justicia del estado, Arturo Nahle García, expuso que las zonas que resultaron más dañadas “tuvieron una inundación similar en 1996, tuvieron una inundación similar en el año 2011 y ahora en el 2013 se repite”.
Informó además que, en plena cabecera municipal, hubo varios edificios públicos que se inundaron completamente, como una escuela secundaria, un jardín de niños, las instalaciones del DIF municipal y el gimnasio.
La solución, expusieron los habitantes cuando finalmente se les cedió la palabra al concluir los discursos de los funcionarios, es que se ataque el problema desde la raíz. En este sentido, solicitaron una reubicación de sus viviendas, además de que pidieron que se mejoren los sistemas de drenaje para disminuir las afectaciones que pueden sufrir en este tipo de contingencias.
Por ello, agregaron que los plásticos negros que se les otorgaron como parte de la ayuda no iban a resolver su situación inmediata.
Los pobladores continuaron expresando su inconformidad ante las autoridades, asegurando que no se les había permitido acceder a sus viviendas para rescatar “lo poco que nos quede”.
En este sentido, el mandatario estatal Alonso Reyes, comentó que se habilitarán 10 patrullas de la Policía Estatal para apoyar a los vecinos de las colonias más afectadas, a fin de que puedan sacar sus muebles y electrodomésticos.
Aparte de los daños materiales en casas particulares y espacios públicos, la agricultura también sufrió daños importantes, ya que las cifras preliminares hablan de que se perdieron cerca de mil hectáreas, principalmente de frijol.
Pero las autoridades, aseguraron, continuarán en el municipio de Río Grande debido a que se espera que, al menos en los próximos tres días sigan las lluvias, por lo que el riesgo de nuevas inundaciones no se ha disipado del todo en la región.
Se informó además, que por parte de Protección Civil del estado ya han iniciado los trámites para lograr una declaratoria de emergencia y la Conagua se comprometió a elaborar un estudio hidráulico en la zona para buscar una solución a los desbordamientos.
Por su parte, el secretario de Desarrollo Social del estado, José María González Nava, aseguró que ya estaba realizando el censo pertinente para conocer la cuantía de los daños y poder entregar las ayudas; y se informó que el Ejército Mexicano permanecerá en el lugar de la inundación para valorar la conveniencia posterior de decretar el Plan de Emergencia DN-III.
