Encrespado mar de acontecimientos e información, en ellos imbricados el presente y el futuro, el hambre y la alimentación, la pobreza y la riqueza, la formalidad y la informalidad; son momentos de informar o de callar. Sociedad, Estado, Nación y mundo, marchan según tendencias. La posibilidad o consistencia de constituciones, instituciones, familias e individuos, están a prueba. Complejidad alebrestada o laxa, creada según significados compartidos, más la acción de medios; enajenante, si distorsiona o enfría el fuego en que las castañas de la paz, orden o progreso, se tuestan o queman, sin que la mayoría tenga manos para rescatarlas y comerlas. La desigualdad se impone, aleja las esperanzas de mejora. ¿Alguna útil para paliar la desdicha y seguir vivos, como pretexto para discernir? Buenas intenciones sobran. ¡Ahora sí!, llegó el momento de velar por el desvalimiento, no podemos estar más desvalidos, las instituciones necesitan fe. No se puede permitir que incrementen el déficit de legitimidad, su caída. Ignoramos si habrá nuevas estructuras. Insuficientes son los pisos de tierra encementados para calificar bien ante la ONU. Ya habrá acciones para mover otro indicador. La gente, nuestra gente, nuestros pobres del campo y la ciudad, agradecen con una nobleza más arraigada que el desánimo o la violencia. Tal vez sean una mayoría descreída del paternalismo y no tan laica, tienen un imaginario que les permite resistir, con sus tradiciones amenazadas y vapuleada su mentalidad por una infamia televisiva resistente a operar el cambio analógico, en aras de la uniformidad del duopolio televisivo, que no es una ventana al paraíso, sino el tecnológico martirio de Tántalo, irresoluble desde una concreta postergación política de la esperanza y una postración general, social, política y económicamente construida como cultura popular, fuente y soporte de las pingües ganancias y desigualdad generada por el sistema: dinero para el capital, enajenación y donativos para las mayorías, gasto en humanidad para amordazar conciencias y dejarlas listas para ser beneficiarias de monederos electrónicos Monex, ejemplo clásico, aún enmascarado.
La transubstanciación ha ocurrido, el PRI ganó la presidencia y Peña Nieto gobierna, no en forma directa sino a trasmano; gobierno pactado con la ilusión de que PRI, PAN y PRD son iguales, bajo el imperio del gran capital y del Pacto por México ¿no hay oposición? Todos ejecutan sus directrices. ¿Se diluyó la oposición? Si el presidente del PRD, un espectro, seguirá bajo la misma sombra o trazará alguna diferencia respecto a la matizada privatización energética, decidida por el Pacto o si le queda un arresto del sentido original sostenido por Lázaro Cárdenas respecto al petróleo, fantasma del que todos se cuelgan y al que todos jalonean e incluso, de algún modo, increpan y ése no es el punto sino la central consecuencia, de si va compartir la idea de que Pemex es para los mexicanos y por ello mismo debe ser eficiente, porque al serlo, lo es para todos y los recursos petroleros son la cobija del presupuesto para abrigar de algunos de sus problemas a las mayorías y ayudar a paliarlos, convertidos en bienes públicos concretos, como despensas a consumir o infraestructura a disfrutar, una mejora rural, vecinal o urbana. En fin, la pateticidad de Zambrano es obvia, ¿también su concha?
Parte del presupuesto de la Universidad Autónoma de Zacatecas tiene origen en el petróleo y hoy, en un momento crítico, su carácter público se debe fortalecer hasta más allá del personal esfuerzo y manejo que hagan de ella sus autoridades, cuya actuación ni puede ni debe quedar en el vacío institucional porque para evitarlo existen instancias colectivas que fungen como control de autoridades individuales –una de ellas el Rector– y cuyo operar descansa en obedecer el mandato institucional universitario que les fue encomendado y más allá de la perspectiva particular de alguna de ellas, su guía son los complejos de instrumentos sancionados y vigentes de manera institucional que fueron y son resultado de debates sobre la situación internacional, nacional, local y universitaria, entornos a cuyas necesidades de conocimientos y competencias académicas concretas se debe satisfacer, no como burocracia, sino como institución generadora de las alternativas requeridas por dicho entorno plagado de carencias, cuyas demandas de satisfacción se supone debería procesar mucho mejor la UAZ que otras, por su potencial para hacerlo desde un variado menú de opciones científico técnicas y culturales diversas: lo histórico, lo cultural, el estado del conocimiento, etc. Ello, gracias a la excelente especialidad en la que se ha invertido para que especialistas universitarios sean hoy exponentes destacados en ramas del conocimiento y capaces de actuar en equipo para investigar y procesar verdaderos árboles de problemas universitarios y sociales desde la situación concreta, hasta la ideal, posible. Un respaldo así necesitan nuestros creadores y sostenedores: los zacatecanos del campo y las ciudades.
