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viernes, 29 marzo, 2024
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La historia: su función política y social

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Por: CÉSAR EDUARDO GUTIÉRREZ ROJAS •

La reconstrucción del pasado es una operación que se hace a partir del presente. Los intereses de los hombres que deciden y gobiernan ese presente intervienen en la recuperación del pasado… (Florescano Mayet, Enrique)

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El humano, como ser individual tiene la capacidad de recordar ciertos momentos, que a su vez sirven para formar un criterio, filias, fobias, y todo lo que es. Dentro de esa cualidad se hace una selección de las experiencias, de lo aprendido y lo vivido.

Se forma una memoria. Esta es una cualidad humana donde se obtienen las herramientas para enfrentar diferentes situaciones de conflicto que se presentan en lo cotidiano. Lo mismo sucede con la colectividad. El conjunto social también selecciona y almacena recuerdos. Esto se logra gracias a las fuentes históricas, presentes en toda actividad humana (documentos, fotografías, artes, tradiciones). A la memoria social se le llama historia.

Enfocándonos en la cita con la que inicia el texto. Florescano nos hace observar como el discurso histórico (el cómo se dice y lo qué se dice de determinado acontecimiento social) depende de los intereses, de la interpretación, de la realidad de quién lo dice y de su intención. La historia es un instrumento legitimador.

En el artículo De la memoria del poder a la historia como explicación, Florecano expone situaciones interesantes sobre la utilidad de la historia. El historiador argumenta que la recuperación del pasado, antes que científica, ha sido política. Según él, los grupos de poder reconstruyen el pasado como instrumento de dominación, hacen una selección de la memoria social (historia) y la enfocan a sus beneficios. Pero el mismo memorial, también tiene la función de otorgar identidad al sector oprimido.

Ahora, debido a la situación que se vive respecto de la publicidad sobre la reforma energética, es necesario reflexionar sobre el quehacer del ciudadano y su acceso a la información, a la educación y a facultad para hacer comparación entre lo que dice el grupo en el poder y los habitantes. Actualmente el tema que está en boga en amplios sectores de la población mexicana es la reforma energética y la posible privatización de Pemex, pues así argumentan sectores políticos de oposición al proyecto presentado por el poder Ejecutivo federal.

La propuesta en materia de hidrocarburos menciona lo siguiente: “busca la participación de particulares en refinación, petroquímica, trasporte y almacenamiento de los productos petroleros, así como el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la rectoría del Estado” (Reforma Energética, II. Reforma al sector hidrocarburos, Introducción, párrafo segundo). No declama explícitamente la privatización de Pemex.

Con la intención de contrarrestar las posiciones contrarias al plan energético, el bombardeo de información se fue presentando en los medios de comunicación masivos. Principalmente en televisión y radio. El gobierno respalda la Reforma Energética basándose en la memoria del general Lázaro Cárdenas (presidente de 1934 a 1940), héroe e ícono de la historia oficial, del nacionalismo posrevolucionario y de la defensa de los bienes de la nación.

Según el documento propuesta de la reforma energética y los espots informativos, el objetivo es lograr que el artículo 27 constitucional vuelva a decir lo que el presidente Cárdenas dejó escrito, palabra por palabra, después de la expropiación petrolera (Reforma Energética, II. Reforma al sector hidrocarburos, 2. La reforma al sector hidrocarburos, inciso “a”). Es necesario decir que el contexto internacional, la entonces segunda gran guerra mundial, fue lo que se vivió durante la expropiación petrolera y la conflagración fue un factor importante que permitió la reforma cardenista.

El mismo discurso histórico que utiliza el Gobierno federal, es empleado por el sector inconforme a los ideales federales. La figura del general Cárdenas también la usa su hijo Cuauhtémoc, para desacreditar el propósito del gobierno de la República. Ambos discursos, llevan a una revisión y a una nueva interpretación de la expropiación petrolera, trayendo un análisis de los ideales de aquella época.

Es precisamente el sector joven, el de la clase media del país, quien más está interviniendo para realizar comparaciones. En su mayoría han desacreditado la labor del actual Gobierno federal. Las mismas revisiones han llevado la comparación con el periodo del porfiriato. Sin embargo, la disertación que maneja el gobierno sobre esa etapa es de desarrollo y modernidad. La figura de Díaz y su recuerdo, se volvieron un instrumento legitimador.

Para contrarrestar, el sector inconforme se respalda con los ideales revolucionarios, asociando al porfiriato con una dictadura y al actual gobierno con el de Porfirio Díaz. La mayoría de estos discursos se presentan en las redes sociales, siendo el principal espacio que aglutina diferentes perspectivas y nos da una panorámica de cómo los discursos históricos se están interpretando y utilizando desde el presente y para intereses de los actores del hoy.

La pregunta que se proyecta para lo que sigue ¿en las redes sociales se puede ir formando una ideología, que dé identidad a la mayoría del sector inconforme con las reformas del gobierno? ¿Bajo qué discurso histórico se puede legitimar estas nuevas propuestas? ■

*Estudiante/UAZ
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