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jueves, 28 marzo, 2024
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Algunas consideraciones sobre la problemática de la uaz

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Por: BENJAMÍN M. ROMO MORENO •

Tal como se ha manejado el problema de la UAZ es, efectivamente, una cortina de humo, sólo que no para ocultar los salarios de los funcionarios y la obesidad de la burocracia, sino para hacer abstracción de una situación más general que tiene que ver con las políticas educativas actuales, nos referimos a la tendencia privatizadora que se ve acompañada de la pretensión de reducir la educación a mera instrucción y/o capacitación para los puestos de operarios que demanda el mercado capitaneado por los intereses globalizados y que acusa un avance en la UAZ.

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En la educación superior se ha venido delineando el modelo -definido en los organismos internacionales y que es auspiciado en lo interno por las cúpulas privadas y organizaciones ligados a importantes medios de comunicación masiva como el llamado Primero México-, a partir de premios y castigos presupuestales, de mecanismos de compensaciones al margen de los sindicatos que atentan contra la solidaridad gremial, y de la imposición de criterios de discriminación hacia áreas del conocimiento entre otros, todo ello sustentado en la idea de que la educación superior es un servicio mercantil, tal y como la conceptualiza la OCDE, por el que se debe pagar y, consecuentemente, su financiamiento correrá por parte de los usuarios o clientes (alumnos) a los que se les ofrecen becas crédito que conllevan con la titulación una pesada carga de deuda, generalmente bancaria.

De acuerdo con esa intencionalidad no es nada extraña la situación de precariedad en que se operan las IES del país y que se ilustra claramente con el contenido del artículo referente al financiamiento universitario publicado en el suplemento “Campus”, No. 524 de fecha 29 de agosto del 2013, del diario Milenio, en el que se habla del peligro de que una veintena de universidades pierdan viabilidad por problemas financieros y se aborda la manera en que la ANUIES realiza gestiones:“En el inicio de una nueva administración federal –se dice-, los directivos de las instituciones de educación superior afiliadas, particularmente los rectores de las universidades públicas, han externado a la Secretaría General Ejecutiva de la ANUIES diversas preocupaciones relacionadas con la política presupuestal hacia las casas de estudio.

”La primera de ellas se refiere a la forma como se integró y aprobó el presupuesto correspondiente a 2013 y la falta de inclusión de los recursos para los incrementos salariales del año y la atención a nuevas necesidades. Desde el proceso de formulación del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, la ANUIES intercambió información con las autoridades de la SEP, con el propósito de que en el proyecto presupuestal para cada una de las universidades estuvieran consideradas sus nuevas necesidades y los recursos de la política salarial. Una vez conocidas las estimaciones que desde la SHCP se hacían para la determinación de los proyectos presupuestales, la ANUIES planteó a funcionarios de la Subsecretaría de Egresos que los recursos considerados resultarían insuficientes. . .

Transcurridos siete meses del año fiscal, los rectores de las universidades públicas han manifestado en el seno de la ANUIES y a las autoridades correspondientes en la SEP y la SHCP, la necesidad de que a la brevedad se autorice una ampliación presupuestal para cubrir el incremento salarial del año que comenzó a otorgarse en muchas universidades con recursos propios a partir del mes de febrero. “De no materializarse esta ampliación, se verán afectadas las finanzas universitarias, se incurrirá en un mayor déficit presupuestal y se dejarán de atender los compromisos laborales pactados con las organizaciones sindicales, con las posibles implicaciones sociales y políticas”, advirtió el representante de la asociación que integra a las IES del país.”

Tales planteamientos se hicieron al secretario de educación pública para que sean considerados en el presupuesto de egresos de la Federación de 2014 y, como se ve, son preocupaciones que se comparten con otras instituciones. Para enfrentar esa problemática nacional se hace necesario una participación más amplia y comprometida al lado de las demás universidades dentro de la ANUIES con una estrategia institucional definida, como un primer elemento a considerar en la propuesta de aligeramiento de la carga financiera y en la que bien pudieran participar, de manera preponderante, nuestros diputados federales. Por otra parte se deberá realizar la gestión propia con los argumentos propios derivados de los indicadores y con el respaldo de la sociedad zacatecana convencida de la importante función que la UAZ tiene en un entrono con limitaciones de diferente tipo.

No es, pues, inexplicable dentro de ese escenario que los subsidios anuales resulten totalmente insuficientes para cubrir los compromisos de la operación ordinaria de la institución, situación que ha sido reiterada durante varios años en los que ha operado la UAZ con déficit que se salva parcialmente con los apoyos extraordinarios de fin de año pero que, a su vez, se ha mantenido a partir de la decisión rectoral de crecer con cargo al déficit. Hechos estos conocidos y tolerados, de alguna manera, por los universitarios; es decir, no es algo nuevo ni derivado solo de la presente administración; sin embargo, parece ser, se ha llegado a un punto crítico que requiere esa política de una revisión detallada y objetiva esa y que debe ser una tarea interna inmediata para ir construyendo el escudo de protección financiera.

Además, en el mismo ámbito de lo interno se deben de atacar las situaciones críticas que han derivado de las acciones propias de las administraciones rectorales , que después de la malograda proporcionalidad en la administración, han ido deformando el carácter mismo de una institución de educación superior para privilegiar el clientelismo en una clara replica de los sucede con los espacios de poder político gubernamental en sus diferentes niveles y que, en su oportunidad calificamos como el “rectoralismo” en analogía con el “presidencialismo”.

Al respecto debemos aprovechar el momento en que nos encontramos respecto a las disposiciones legales para el funcionamiento administrativo ya que de acuerdo a la Ley Orgánica se debe presentar al Consejo Universitario dentro de los primeros veinte días del mes de septiembre el plan operativo anual y a mas tardar el último de septiembre los presupuestos anuales de ingresos y egresos, por lo que es urgente pensar en sustituir el procedimiento de presupuestación histórica por uno de base cero que permita eliminar algunos de excesos generados al calor de los compromisos electorales pero salvaguardando las funciones esenciales y sin ninguna dedicatoria revanchista.

Como se ve el problema no es ni exclusivo de la UAZ, ni de este momento: durante muchos años hemos operado sin el soporte financiero para todas las prestaciones contractuales y para las plazas ejercidas de ambos sindicatos, un primer reto es el de la suficiencia para ello. El exigir el cumplimiento total de las prestaciones ante un presupuesto que no las considera parece ser no es el planteamiento adecuado si dejamos de lado la necesidad de los recursos para ello. Recordemos que el subsidio esta sectorizado y que se rebasa en diferentes proporciones por el gasto ejercido, conforme a los compromisos que se han suscrito contractualmente en el ejercicio de la autonomía por lo que solicitar que se cumplan las prestaciones respaldadas implica que se dejen de cumplir las que no lo están, es decir, no existen las condiciones del cumplimiento total con los actuales recursos disponibles.

Por ello el seguir insistiendo sólo en la reducción del gasto sin poner en la mesa de la discusión la insuficiencia del subsidio tiene riesgos que hay que saber calcular, recordando que la opinión de la SHCP, conocida por las autoridades incluso las sindicales, es de que existe un exceso de prestaciones, por lo que no sería remoto que en un momento determinado auspiciaran la promoción del juicio de naturaleza económica que simplemente se reduce a ajustar el gasto a los ingresos disponibles. Ya vivimos la experiencia en la UAZ de un juicio de naturaleza económica que significó un fuerte golpe para todos los trabajadores. Lo que ahora se presenta como defensa de los agremiados pudiera convertirse, de manejarse con la prudencia necesaria, en todo lo contrario

Nos parece que el llamado a generar condiciones para la elaboración de una estrategia que permita enfrentar el problema financiero debe pasar por asumir una actitud institucional, acorde con los llamados a la UNIDAD y no, como sucede ahora, con tratamientos del problema en los grupos para responsabilizar a los otros de la situación crítica que se vive. Partamos de que se han hecho esfuerzos de buena voluntad para el engrandecimiento de la UAZ, dejemos de repartir culpas y enfrentemos como un todo cohesionado el presente con el ánimo de que el futuro sea promisorio. De otra manera reeditaremos la situación de la que ahora nos quejamos.

Finalmente, no es aceptable en una institución que se dice democrática el que una persona se convierta vocero de todos los universitarios y que haga un llamado a los diputados para reformar la Ley Orgánica en lo referente al proceso de elección de autoridades, si no se es avalado por las decisiones internas de los cuerpos colegiados responsables de la conducción universitaria. ■

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