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jueves, 25 abril, 2024
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Contagiar pasión por la lectura para formar lectores: la experiencia de Báez Zacarías

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Por: ALMA RÍOS •

■ Los estudiantes tienen una gran capacidad de análisis y expresión de redacción, afirma

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■ Se busca que los alumnos sean practicantes de la lengua y el estudio, señala docente

Sin entrar en controversias entre lo que hacen o dicen la Secretaría de Educación de Zacatecas (Seduzac) o Conaculta en relación a los logros o retrocesos en la cantidad o calidad de los lectores en el estado, medidos mediante las pruebas Enlace o a partir de estadísticas como la ofrecida por esta última, que ubica al estado en el séptimo lugar entre las entidades federativas con menos lectores en el país, Javier Báez Zacarías, docente de Literatura desde hace 30 años en la Unidad Académica Preparatoria Programa 2 de la UAZ , ofrece su experiencia para “enganchar” a los jóvenes a la lectura: guardar silencio y dejar que los alumnos hablen, estar dispuesto a aprender de ellos y enseñar con pasión.

“Yo confío mucho en los estudiantes, en los preparatorianos. He encontrado que tienen una gran capacidad de lectura, análisis, expresión de redacción. Son muy hábiles en todo esto. (Pero) Sí hay un problema, que a veces la misma institución descuida toda esta capacidad que los estudiantes tienen, a veces los subestimamos y pensamos que son chiquitos, que no pueden, que hay que darles poquito para que sientan el gusto”.

Otro problema que aleja a los alumnos de la lectura es que los profesores les quieran decir qué deben ver en la obra, mostrarles lo que ellos han descubierto “o peor tantito lo que sus maestros les dijeron que era el valor de determinada obra y lo repiten nada más”.

Los jóvenes tienen que hablar de su propia experiencia con la lectura, ellos deben de descubrirla y el profesor ofrecerles problemas y situaciones para que reflexionen y encuentren la solución. “Y yo creo que es apasionante porque el alumno va a darse cuenta de que él puede descubrir el valor de una obra”.

Vacunar contra la
lectura o contagiarla

Contra la opinión que expresa que poner a los jóvenes a leer mucho los “vacuna” contra la lectura, Javier Báez afirma que ya vienen así, “vacunados”,  por ello hay que “contagiarlos llevándolos lo más que se pueda a la experiencia lectora”, acercándoles libros para tocar, escoger y disfrutar, apunta.

La selección de obras tiene que ver con la oferta local en librerías, las recomendaciones de autores actuales y la extensión de las obras.

“No aprenden nada más con una probadita”,  afirma sobre los requerimientos de los jóvenes lectores. Y asegura, “los estudiantes dan para muchísimo más”.

Por ello critica la costumbre de darles a leer resúmenes o fragmentos que “dicen nada de la literatura”. En tanto que ésta es forma, mutilarla anula la finalidad de la misma como obra de arte. “De nada sirve un fragmento, no le va a dar el gusto, no lo va a contagiar”, comenta sobre el encuentro entre el joven y la obra literaria.

Pero el vacunarse o contagiarse de literatura tiene otras aristas. Inicialmente cinco de cada 35 jóvenes, según su observación en las aulas, llegan a la preparatoria con interés en la lectura, el resto vienen “vacunados”, sus encuentros con las “grandes obras” también pueden producir este efecto.

Enfrentarlos a la lectura de Don Quijote de la Mancha o La Iliada “es enfrentarlos a un libro que los puede alejar. Si les doy a leer El Quijote no van a terminar y los voy a llevar hacia un ritmo en el que la lectura no se va a hacer por placer sino tratando de cumplir. Tienen que ser obras más pequeñas que les permitan sin preocupación terminarlas”.

 
Formar practicantes de
la lectura y la lengua

Participante en la conformación de los actuales programas diseñados desde la Academia de Literatura y Redacción de la Preparatoria de la UAZ, añade que los planteamientos actuales proponen la lectura de tres libros por semestre que permiten una dinámica de lectura de una obra durante tres semanas para finalizar con un trabajo derivado de la misma.
Los alumnos egresarán del nivel medio superior por lo menos con 12 novelas leídas o 15, los que eligen el bachillerato en ciencias sociales, pero fundamentalmente advierte, se busca que sean “practicantes de la lectura y la lengua”.

“Hemos encontrado algunos profesores que nos dicen que nosotros queremos hacer escritores, eso me parece una opinión totalmente absurda porque estudiar es leer y escribir. No hay otra manera de estudiar más que leyendo y escribiendo, entonces ¿queremos hacer escritores? ¡Claro que queremos hacer escritores porque son estudiantes!, queremos hacer lectores de calidad porque son estudiantes”, subraya.

De 30 alumnos “vacunados” contra la lectura recibidos al principio del semestre, Javier Báez Zacarías afirma culminar los cursos con al menos 15 que se contagian de pasión por ella y seguirán leyendo.

El interés mostrado por su alumnado hacia la literatura, ha derivado primero en la creación del Taller de Narrativa de la Preparatoria de la UAZ, fundado en el año 2000, mismo al que se ha concatenado la edición de dos revistas, la primera iniciada el mismo año –Barca de papel- y que contra los pronósticos sobrevive ya con 23 ediciones semestrales y en la que publican ensayos y fotografías los alumnos y maestros. Y Abrapalabra, material que incluye los trabajos producidos por los talleristas.

Javier Báez Zacarías es autor de dos colecciones de cuentos Para asuntos comerciales (Premiá, 1987) con el que obtuvo el Premio Hispanoamericano de Cuento, Nunca a Niní (Dosfilos, 1993) y la novela Historia de mamá (Nueva Imagen, 2000). Y otras obras aún sin publicar. Actualmente trabaja en otra novela más, inspirada en su experiencia de ver pasar por la Preparatoria a toda serie de personajes y a la que ha denominado Monstruos.

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