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jueves, 28 marzo, 2024
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“Habrá una vez…”

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Por: ABIGAIL DÁVALOS • CÉSAR ALAN RUIZ GALICIA •

Hubieron a un templete con el puño izquierdo en alto. Después continuaron su marcha silenciosa para hacernos saber, con este potente acto simbólico, que el EZLN seguía vivo, que los jóvenes de las comunidades continuaban con el proyecto iniciado hace casi 20 años y que los escucharíamos nuevamente.

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Y así fue. Después de la marcha silenciosa del 21 de diciembre de 2012, comprendimos que ahora el EZLN tomaría nuevos caminos para llevar a cabo su lucha. Surge de ahí la Escuelita Zapatista un proyecto para enseñarnos cómo otro mundo es posible. Una irónica crítica a las autoridades y a todos aquellos que “no saben” como manejar al país y lo han orillado a su lamentable situación actual; un cuestionamiento a la articulación del sistema educativo recurrente con la propuesta de métodos alternativos de aprendizaje que pugnan por la horizontalidad en la enseñanza, “porque es sabiendo mirar y escuchar, como se aprende.”

Es por ello que desde el pasado lunes 12 de agosto, alrededor de 1,700 personas asisten al curso La libertad según l@s zapatistas, un espacio para comprender cómo al negar la existencia del Estado y los partidos políticos, han logrado crear gobiernos autónomos que se sostienen a partir del trabajo colectivo y de la igualdad de condiciones. Es un camino que no ha sido fácil, que ha tenido sus tropiezos y al que le falta mucho por andar, pero que aún así, es la muestra más clara de que otras formas de hacer política existen y funcionan.

Es ésta una experiencia de acercamiento sin precedentes que deja clara la apertura y el interés de las comunidades zapatistas por demostrar al mundo que la mejor manera de resistir es la unión, la reciprocidad y la visión común de que nuestro escenario necesita ser modificado: “es como por ahí hemos escuchado que dice ‘cuando el pobre crea en el pobre, ya podremos cantar libertad’. Sólo que eso, no sólo lo hemos escuchado, sino que lo estamos haciendo en la práctica” dice el Subcomandante Insurgente Moisés en uno de sus comunicados.

La Escuelita es una gran oportunidad para inmiscuirse en la realidad de los caracoles zapatistas, formar parte de su cotidiano durante algunos días, conocer su cosmovisión, adentrarse en sus relaciones sociales, así como para conocer un votán “guardián y corazón del pueblo” que hará de compañero, maestro y guía miembro de la comunidad, quien además ha sido preparado durante largo tiempo para instruir a cada uno de los invitados.

Pero para llegar a este punto, las comunidades han pasado prolongados periodos de reflexión, pues no sólo son distintos los espacios, sino también los calendarios. En ello se inspira aquella hermosa frase “vamos lento, pero vamos lejos”. Así siempre ha sido, pues la historia -esa que escriben los pensadores eurocéntricos con mayúscula- no atraviesa por todas las geografías. Los otros, orilleros y “bárbaros” han debido remontar constantemente contra la voluntad del olvido, el apartamiento y la violencia colonial.

Es esa historia sin todos la que debe ser demolida. A ella se opone esta revolución de las insignificancias que muchos han iniciado desde diversos frentes, reuniéndose ahora en esta fiesta organizada por el EZLN.

Se apuesta por un paciente y trabajoso tejer el mundo con los propios dedos, para que sea nuestro; se propone recordar que son las pequeñas acciones, las acciones de la cotidianidad, las grandes potencias de la resistencia social. Parafraseando al Sup “…son esos murmullos casi imperceptibles los que sacudirán al mundo”.

Así que en esta semana de arduo estudio, los 1,700 asistentes a la Escuelita Zapatista aprenderán en silencio, sin investigaciones antropológicas, sin preguntas sobre el movimiento, sin opiniones sobre las dinámicas: sólo escucharán. Y puede ser éste el comienzo de un nuevo camino por construir, “¿Por qué gente de renombre o sin nombre, toma de su tiempo y lo emplea en escuchar, y en la mayoría de los casos también en viajar, para aprender de los pueblos zapatistas?”, se preguntó Marcos. Porque vale la pena pensar que “habrá una vez…”, respondemos.

Twitter: @CsarEleon
@desconchinflad_

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