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jueves, 25 abril, 2024
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Carta abierta al Lic. Enrique Peña Nieto Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

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Por: JOSÉ HUERTA MENDOZA •

Señor Presidente, he leído con detenimiento los apartados que conforman su Política Agroalimentaria del Gobierno de la República que usted preside, y en razón de ello me permito participarle que sus cinco objetivos para reactivar al campo mexicano nos parecen muy aceptables: “Un campo justo, productivo, rentable, sustentable y con seguridad alimentaria.

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Pero principiemos nuestro artículo con la situación actual que vive el campo mexicano, que su Política Agroalimentaria la describe con descarnada realidad:

a).- “Un campo con un rostro de pobreza, rezago y marginación”; y

b).- “Un campo con “Escaso financiamiento y en condiciones desfavorables”

Entrando al tema, me permito manifestar a usted que uno de los principales objetivos y de mayor peso que contempla esta política, sin duda alguna es la de crear una política de otorgamiento de crédito oportuno y a tasas preferenciales a pequeños y medianos productores.

Sin embargo, dentro de su Política Agroalimentaria encontramos un objetivo que choca con su intención de aplicar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los alimentos, toda vez que el citado objetivo dice: “Se establecerán medidas específicas para contener el precio de los alimentos”; a menos que esté equivocado en su interpretación.
Por otra parte aplaudimos el objetivo de su política en cuanto dice: “Se erradicará la pobreza extrema y se reactivará el campo para garantizar la Seguridad Alimentaria como una política de estado”

Señor Presidente; lo anterior consideramos que engloba todo lo relacionado a su Política Agroalimentaria y que los mexicanos queríamos saber, con la finalidad de conocer qué futuro le espera al campo mexicano y a nuestros campesinos durante su gobierno, y lo que sigue después en el citado documento, son las metas que usted se propone para lograr el fin deseado; por lo que en razón de lo expuesto me permitiría preguntarle lo siguiente:

¿De qué manera pretende usted lograrlo?, toda vez que su titular de la Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, no lo dijo, como se suponía, durante el desayuno que ofreció en el Seminario sobre la Política Agroalimentaria de la República, con la participación del Cuerpo Diplomático acreditado en nuestro país.

Lo anterior me permito preguntarlo en razón de que nuestro Marco Jurídico Agrario ha fracasado no sólo por lo que concierne a su fallido intento por abrir un amplio espacio para los pequeños (minifundistas) y medianos productores que detentan la mayor parte de las tierras abiertas al cultivo en nuestro país, en virtud de que carecen de crédito oficial, semillas mejoradas y fertilizantes, cuando éste se necesita, sino que también hemos fallado en satisfacer los requerimientos de créditos oportunos y baratos, como también de insumos para el resto de nuestros productores.
Señor Presidente; nuestra dispar estructura agraria se conforma de tres rasgos generales: a).- La persistencia de una estructura agraria en medio de una gran pobreza campesina; b).- La prevalencia del minifundio como la forma de organización productiva más pequeña generalizada del campo mexicano; y c).- El mayor contingente de campesinos de nuestro país está conformado de jornaleros sin derechos establecidos aún sobre la propiedad de la tierra.

Por ello, a través de esta situación estructural agraria es como debemos encontrar opciones y soluciones que nos permitan capitalizar de nueva cuenta el campo mexicano y convertirlo en un campo justo, productivo, rentable, sustentable y con seguridad alimentaria.
Señor Presidente; el vínculo tierra-hombre es demasiado rígido, lo que ha impedido hasta ahora el progreso de los más aptos; el fracaso de los ineptos y la concentración parcelaria para abolir el minifundio, que es uno de los retos torales para el gobierno que usted preside.

Como siempre lo hemos dicho; el campo mexicano es un asunto de Seguridad Nacional; nuestro Sector Agroalimentario debe ser parte imprescindible y estratégico de su nueva Política Agroalimentaria; ya es tiempo de valorar nuestra agricultura campesina, nuestra agricultura familiar, nuestra agricultura en pequeña y mediana escala poseedora de un enorme potencial de desarrollo productivo, como vía para una mejor distribución del ingreso y abatimiento de la pobreza.

Necesitamos garantizar nuestra Seguridad Alimentaria con equidad, sustentabilidad y cohesión social; revalorar el papel del estado y el fortalecimiento de su rectoría en materia agroalimentaria, por lo que en esa virtud, reactivemos y demos impulso a la producción de alimentos a través de las Unidades de Producción Rural Campesinas y disminuyamos con esto nuestra dependencia alimentaria del exterior; reordenemos y reanimemos con ello nuestro mercado alimentario a nivel nacional, regional y local. Diseñemos políticas públicas explícitas y diferenciadas para su empoderamiento, visibilización, reducción de desigualdades y discriminación en nuestro país.

Incrementemos la inversión pública en infraestructura productiva y social en el campo, con apego a consulta y participación campesina; demos acceso universal al crédito preferencial para todos nuestros campesinos y sobre todo, a servicios financieros apropiados para todo el medio rural; incrementemos y direccionemos los subsidios para la capitalización y el mejoramiento territorial para las pequeñas y medianas Unidades de Producción Rural, y con alta prioridad a las Asociaciones Económicas Campesinas de las localidades y regiones.

Lic. Enrique Peña Nieto, presidente de México; entre otros, éstos son los reclamos más urgentes de nuestros campesinos, por lo que en razón de ello le ruego, de la manera más gentil, los haga extensivos al Lic. Enrique Martínez y Martínez, titular de la Sagarpa, para que los tome en cuenta cuando diseñe las estrategias de los cinco objetivos de su Política Agroalimentaria en nuestro país. Atentamente.

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