Los habitantes de Salaverna, en Mazapil, están siendo “acorralados”, denunciaron Roberto y Cuauhtémoc de la Rosa, pobladores del lugar, quienes informaron que desde hace algunos meses las zonas cercanas a la comunidad son taladas por la minera Frisco-Tayahua para la construcción de brechas y caminos, además de la instalación de malla ciclónica que impide el libre tránsito.
“Es alrededor de Salaverna, están reforestando la parte de abajo, están marcando líneas con cal, pero ¿con el permiso de quién?, ¿qué están esperando?, ¿que nos enfrentemos con la empresa? Porque nos están acorralando y nosotros tenemos que
responder de alguna manera”, agregó Cuauhtémoc de la Rosa.
Se trata de un terreno que está en litigio, “que no han dado ni a la empresa ni a nosotros”, por lo que nadie debe modificarlo, reiteró ,sin embargo ni autoridades estatales ni federales, entre ellas la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional Forestal (Conafor), han atendido las denuncias.
Con esta última instancia los pobladores solicitaron información sobre los permisos para deforestar en el lugar, sin embargo, a pesar de notificar que se carece de permisos para esta actividad, afirman que no pueden intervenir en el asunto.
“Conagua no nos deja a nosotros hacer ni una noria de labor de 20 metros y ellos están haciendo hoyos de 700 metros”, denunció De la Rosa.
El pasado 15 de julio, las autoridades estatales, en voz del secretario general de Gobierno, Francisco Escobedo Villegas, urgieron a los habitantes de Salaverna que aún permanecen en la comunidad, a que desalojen debido al peligro de hundimientos.
Sin embargo, las familias que permanecen en la comunidad se rehúsan a abandonar sus propiedades, en espera de que la minera Frisco Tayahua, propiedad de Carlos Slim, les ofrezca mejores condiciones, entre ellas un espacio de las mismas proporciones de las que habitan actualmente.
A lo largo de este conflicto, los pobladores han denunciado la presión constante, tanto por parte de la empresa a través de las constantes detonaciones de explosivos al interior de la mina, como por las autoridades estatales, que los dejaron sin servicios médicos y educativos.
Actualmente a pesar de que las autoridades y la empresa niegan el uso de explosivos en la cercanía de la comunidad, las detonaciones continúan generando afectaciones en la superficie.
Además, las grietas ya afectan incluso algunas de las viviendas que permanecen en pie, por lo que los pobladores urgen para que se reabra la negociación.
“Ya se acerca el ciclo escolar y seguimos con nuestros hijos fuera de aquí, además de que nosotros seguimos desempleados. Tenemos que llevarlos y traerlos hasta Mazapil, son 7 kilómetros y sin empleo está canijo”, expuso Cuauhtémoc de la Rosa.
En Salaverna esperan que ahora que el proceso electoral concluyó el gobernador cumpla su compromiso de atender el asunto de quienes se niegan a trasladarse a las casas construidas por la empresa Frisco-Tayahua, al afirmar que se trata de un espacio en el que no podrán desarrollar su vida como lo han hecho hasta ahora.
