Guadalajara, Jal. La especialista en Psiquiatría del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Liduvina González Herrera, aseguró que el uso de sustancias estimulantes pueden desencadenar estados de bipolaridad.
Explicó la experta que estados alternados de euforia y apatía, caracterizados por el emprendimiento acelerado de actividades y la disminución repentina de ellas pueden ser evidencia de trastorno bipolar.
Indicó que el trastorno bipolar se enmarca dentro de los trastornos afectivos, intercalando estados elevados de alegría, actividad física y cognitiva, esto es manía, con periodos de depresión.
Detalló que este trastorno se divide en dos tipos, el uno caracterizado por episodios de manía donde el cuadro del padecimiento se presenta de manera exacerbada, logrando disminuir la capacidad funcional del paciente.
El segundo, dijo, es donde ocurren episodios de hipomanía, que pueden ser más tolerables para quien sufre esta alteración ya que le permite mayor funcionalidad social.
Refirió que puede tratarse de una personalidad premórbida, esto es una predisposición a padecer el trastorno, factores ambientales como el estrés, vivencias y el consumo de ciertas sustancias son de igual manera determinantes en la aparición del padecimiento.
González Herrera detalló que las personas ya sea que transcurran por un periodo de manía o de hipomanía, son altamente impulsivas e incluso proclives a prácticas extremas, ante la ausencia del sentido de riesgo o de peligro inminente, característico de estos pacientes, sobre todo en la fase de euforia.
Al mismo tiempo, la psiquiatra manifestó que si agregado a la práctica de actividades extremas se consumen sustancias estimulantes, el paciente con trastorno bipolar agravará los síntomas del padecimiento.
En este sentido detalló que luego de una fase de euforia el paciente tiene la necesidad de consumir estos disparadores para evitar el estado de abatimiento o depresión, posterior a la misma, generando un círculo vicioso entre ambas.
Dentro de estas sustancias se encuentran las bebidas energizantes, que por su alto contenido de cafeína y azúcar pueden, en un paciente con predisposición, propiciar la aparición del trastorno.
Adicional a los componentes antes citados, otra característica de estas bebidas es la presencia de taurina, la cual además de ser un estimulante muy fuerte provoca daños a nivel de glóbulos rojos, subrayó la especialista.
Asimismo, el consumo de drogas influyen en la disposición de los neurotransmisores encargados de controlar los estados de ánimo, que podrían incluso detonar estados alterados de conciencia que devengan en bipolaridad.
Además del consumo de sustancias exógenas, la producción hormonal acompañada de cambios climáticos, tienen fuerte influencia en la presencia de este trastorno.
«Un ejemplo de ello es la elevación de cortisol que ocurre bajo temperaturas cálidas, misma que favorece la presencia de serotonina, hormona responsable del estado de ánimo», dijo.
Lo anterior se expresa como el cambio de humor frente a condiciones meteorológicas, lo cual, en un paciente que transcurra fases maniaco-depresivas, afectará en su aspecto funcional.
González Herrera indicó que un tercio de la población derechohabiente que asiste a atención médica transcurre en algún nivel de este trastorno, el cual necesariamente requiere atención especializada.
Del mismo modo se recomienda que quienes presenten fuertes episodios de ansiedad asistan a consulta, ya que podría ser el indicio de tener encubierta una situación de bipolaridad, resaltó.
Agregó que para estos pacientes existen esquemas de tratamiento farmacológico, acompañados de terapia psicológica para que aprenda a reconocer los estímulos que desencadenan sus alteraciones anímicas y para darle herramientas que faciliten el manejo de emociones.
