México, DF. El secretario general perredista, Alejandro Sánchez Camacho, informó que el PRD tiene previsto realizar una consulta nacional sobre la reforma energética en cuatro jornadas, los días 24 y 25 de agosto, así como el 31 y 1 de septiembre.
Esas mesas, en cada una de las cuales participarán cuatro entidades del país, forman parte de un plan de acción que aún debe ser aprobado por el comité ciudadano organizador y que incluye marchas, plantones «y todas las acciones pacíficas imaginables», refirió.
Previamente a cada consulta, se realizarán foros públicos en los que especialistas y activistas darán información a los ciudadanos interesados en la reforma energética, a partir de las propuestas que se pongan sobre la mesa.
Estas acciones están incluidas en un proyecto interno del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y son independientes de la demanda de un referéndum nacional planteado por la dirigencia nacional y los gobernadores surgidos de las filas perredistas.
A dicha demanda se unió públicamente el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, al presidir la constitución de su corriente Movimiento Progresista.
En caso de realizarse, el referéndum tendría fundamento en la Constitución, debería ser organizado por el IFE y tendría carácter vinculante, aclaró el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, quien ofreció asumir su resultado cualquiera que éste sea.
En cambio la consulta nacional organizada por el PRD y las acciones paralelas previstas tienen el fin específico de impedir la privatización de los hidrocarburos y mantener la prohibición del capital privado en la industria petrolera, como lo sugieren el PAN y del PRI, expuso.
«La izquierda unida va con todo contra las retrógradas intenciones de querer entregar a manos privadas la industria petrolera», expresó el secretario general del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) perredista.
Sánchez Camacho declaró que «en el PRD no nos tragamos sus términos de reforma energética modernizadora, audaz, de vanguardia y de futuro con los que quieren disfrazar la verdadera intención de abrir las puertas al capital privado nacional y extranjero. Ni hagan cuentas alegres, no lo vamos a permitir».
