La jornada electoral culminó y también la extraordinaria agitación de recursos económicos movilizados para incentivar el voto. Por fortuna para los zacatecanos, cae la lluvia y con ella se activan el campo y las esperanzas de levantar cosecha.
Excelente, si se obtiene un buen temporal para no depender de la entrega de despensas para sobrevivir, pero buenas para completar la dieta. La cosecha trae condiciones para vivir y disfrutar un tramo de libertad, sobre todo, si ya lograda, las autoridades cumplen como tales para contener a los coyotes y demás medradores del trabajo ajeno. Exige más trabajo del gobierno facilitar su conservación, movilización y comercialización. Si los funcionarios ligados a esto se echan en la hamaca o se van de vacaciones, sólo podrán hacerlo si dejan todo organizado y operando, mientras toman un justo descanso. A quien no cumpla su encomienda, sin duda, MAR lo despedirá o solicitará su remoción, según nivel; ni nada más ni nada menos que como un gobernador que cumple con el mandato del pueblo que lo eligió. La recién elección abrió para él opciones nuevas, si las toma y aprovecha para generar cambios pendientes o acelerar la generación de novedades necesarias con tiempo para consolidarse como tales durante el casi medio sexenio que le resta.
Ya no se puede, ni se debe achacar al gobierno anterior la deficiencia o el obstáculo para operar. La gente vive el presente y MAR ya elabora el informe de lo realizado durante el tercer año de su responsabilidad; lo pendiente es eso, ahí sigue, sin excusas, por hacer. A la mitad, para los zacatecanos inicia la cuenta de un gobierno que termina en 3 años más y el tercer informe moviliza más la expectativa de sucesión.
¿Qué marcó la elección anterior, con resultados aún sujetos a calificación, a debate o presentación de pruebas? Algo inédito, por la forma intempestiva y artera en que se privó de la vida a Aquiles González Mayorga, operador político del PRD; soporte concreto, en ese momento, de la candidatura de Gerardo Romo Fonseca. Por qué y para qué su muerte, dónde y cómo se decidió o fue fortuita, un acertijo en manos de Nahle. De una lectura sencilla resulta imaginar: sabía demasiado acerca del proceso electoral a punto de culminar y fue eliminado para afectar la operación política, justo el día de la elección, del partido en el que militaba y del candidato a quien brindaba su experiencia.
Si su operar o su saber, influían los resultados, su ausencia indica que la violencia no es la mejor forma de hacer política, ni mucho menos de procesar las diferencias o problemas, la política debe facilitar el dirimir pacíficamente formas de mejor vivir. Otra opción aleja a la gente de las urnas, quedan sin sentido. Ni la violencia ni el miedo son buenos consejeros al votar y los resultados dicen que la tendencia política a nivel estatal se impuso en Guadalupe, con los votos de los guadalupenses, sin ser avasallante.
En el mismo municipio, con 3 meses de antelación, alguien externó su pretensión de contender como candidato independiente por la presidencia municipal. “Los partidos han abusado para retener credenciales y hacer redes, y hay una cultura que se ha enraizado en ver esta situación como un problema particular, aún con ello tenemos en nuestro poder 5 mil 723 firmas cotejadas y seguras, de que irán al tema del registro”, declaró Alvarez Máynez al denunciar una acción de los partidos políticos: el abuso de retener credenciales y hacer redes. El mismo las retenía y su independencia era cuestionada por no haber renuncia explícita a la diputación que ostentaba ¿y ostenta por el PRI? Los votos obtenidos bajo el sello de Movimiento Ciudadano, cuyo reciente líder es Monreal, fueron 5713, cifra de un PREP y no definitiva, indica un límite que Máynez no pudo rebasar. ¿Cuál fue su triunfo? Quién sabe. La especulación, en lo inmediato sus votos sirven para evitar la cancelación en Zacatecas del actual partido político a cargo de Monreal y en el horizonte de las siguientes elecciones federales, Máynez tendría méritos suficientes para ir a San Lázaro, si es su pretensión. Buena retribución, sin duda.
Apostilla, previo a la elección las encuestas eran reclamadas como instrumento de política para hacer o deshacer fantasías o realidades. Cuando al azar tocó mi turno, la mayor concreción fue ir a la papeleta y marcar los nombres de los ex rectores. Interesante verlos, uno postulado por un partido político; otro, candidato independiente, interesado en probar el concepto sin aceptar recursos institucionales, y ambos recorrer la periferia. En resultados previos, el partido de Alfredo Femat, ronda en su votación histórica, poco más de cien mil votos. Rogelio Cárdenas, con 2299 votos computados, supera a tres partidos que con registro y recursos institucionales, traen cifras por abajo, en el municipio de Zacatecas. ■
