Lo que viene…
Un pueblo realiza un gran progreso cuando descubre
que la suma de esfuerzos personales de cada cual
y no la de los gobiernos, es lo que determina
el rango de una nación en el mundo:
Gustave Le Bon
Al fin terminaron las campañas, los desvergonzados y corruptos contendientes (con muy contadas excepciones) por fin dejarán de fastidiar a la ciudadanía con sus mentiras y sus vergonzosos actos electorales. Sin embargo, es hora de comenzar a preguntarnos ¿en qué momento permitimos que semejantes payasos ocupen los puestos de representación política? Y más aún ¿hasta cuándo dejaremos que se nos siga viendo como un pueblo ignorante y sin raciocinio? Está bien, sabemos que la educación, el progreso y la unidad que deseamos no serán cosa fácil pero les aseguramos, lo vamos a lograr. Y lo lograremos sólo cuando cada uno de nosotros lleve ese hartazgo a acciones concretas, a saber organizarse, a saber que esos que llegarán al puesto de representación no son sino empleados del pueblo y como tales, deben obediencia al mandar colectivo.
“Esperemos que la decadencia que hoy vivimos en los procesos de elección, sea el indicador de que se está tocando fondo, para iniciar una era distinta en la construcción de la democracia en nuestra tierra” decía muy elocuente el editorial de este diario el martes pasado; nosotr@s decimos: ¡no esperemos!, no se va a lograr solo, esta nueva era se generará solamente con el esfuerzo creativo y activo de todas y todos, con pequeñas acciones colectivas orientadas a demostrarles a esos pseudo políticos que dicen representar al pueblo, que no es necesario ser gobierno, ser rico, ser hijo de tal, ser partido, ser parte de sus corruptelas, para gobernarnos, para lograr el progreso de nuestra ciudad y nuestro Estado.
Ya pasó todo ese derroche de dinero, esos descarados delitos, ese comprar y vender conciencias, ese amedrentar a funcionarios para votar a favor de tal partido… en fin, terminó eso y terminamos asqueados ¿o usted no?. Bueno, pues ha llegado la hora de hacer la política de verdad, ahora sí, ¡prepárense ciudadanos! A esos que vieron en las calles, en anuncios, en actos públicos prometiendo el cielo y las estrellas, los volverán a ver cada tres o cada seis años si así se los permitimos, es decir, el trabajo político entre elección y elección le corresponde a la ciudadanía. Y quedará en la “silla” tal partido o tal persona, con un sueldo muy por encima de la media y con un empleo muy por debajo del esfuerzo de la mayoría, una vez más, si así se los permitimos.
¿Y cómo no permitírselos? Se llama resistencia, se llama lucha, se llama ciudadanía, es verdadera democracia, es participación. Y es mucho más sencillo de lo que se cree, tanto como sólo dejar de pensar en individual y comenzar a crear en colectivo, como dejar de quejarnos y comenzar a actuar. Organizándonos en nuestra colonia, barrio, comunidad, lugar de trabajo o municipio; conociendo las demandas del colectivo al que por suerte pertenecemos. Dejemos de creer que la política es algo lejano que hacen personas corruptas con corbata. La política, la de verdad, se hace desde abajo, en comunidad y, siendo honestos, no con poco sacrificio y si con mucha dedicación.
Algo que desafortunadamente no nos han enseñado en los centros educativos es que la democracia no es algo que suceda per se sino que es una actitud ante la vida, es un conjunto de derechos y obligaciones continuamente conquistables y variables, es decir, a pesar de lo que nuestras instituciones quieran hacernos creer, el votar no es sino la más mínima parte de una sociedad verdaderamente democrática. La democracia auténtica no necesita millones de pesos, no necesita instituciones, no precisa compadrazgos o nombramientos; la real democracia, la conquista de nuestros derechos políticos es sólo cuestión de voluntad, de información, de organización y creatividad.
Debido a esto la lucha que ahora le corresponde tanto a este colectivo como a toda la sociedad es la de comenzar a crear y a creer en una nueva forma de vida colectiva, logrando que términos como autogobierno, trabajo comunitario, asamblea ciudadana, organización vecinal, exigencia colectiva, etc. formen parte de nuestra acción y lenguaje cotidianos. Muchos dicen -la historia dirá si con razón o sin ella- que somos sólo idealistas, que somos revoltosos, que si queremos hacer algo en política entremos a algún partido, que nos “alineemos”con los de arriba, y nuevamente nosotr@s decimos: no gracias. Pues de qué servirían los sueños sino es para lograrlos, nosotr@s y muchas otras y otros, creemos en una mejor realidad y por ella lucharemos.
Así que todo esto es sólo para decirles: prepárense ciudadanos, hermanas y hermanos de Zacatecas, ya viene la hora en la que nos toca a todas y todos trabajar por mejorar nuestro entorno.
Y prepárense políticos advenedizos y corruptos, pues esta generación, ésta sociedad, no sólo está harta de ustedes, sino que está decidida a cambiar la realidad de nuestro estado y esto será con nuestro esfuerzo y nuestras propias manos, lo que viene, es encender la mecha…■
