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viernes, 29 marzo, 2024
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10 razones para renunciar a tu trabajo

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Por: JULIO CÉSAR NAVA DE LA RIVA •

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Hace unos días una persona me hizo saber unas reflexiones que me hacía con relación a su motivación para renunciar a un empleo que considero bien pagado y sobre todo seguro, tan difíciles de conseguir en estos tiempos. Por otro lado otra gran persona me hizo el favor de enviarme un artículo escrito por el inversionista, programador y emprendedor James Altucher, quien ha fundado o ayudado a fundar más de 20 compañías y ha reconocido fracasar en 17 de ellas.

La mayoría de la gente que renuncia a sus trabajos por decisión propia, tiene como común denominador que busca crear algo novedoso, no quieren obedecer órdenes por el resto de sus días laborales y definitivamente quieren libertad financiera. Lograr las cosas que la mayoría de nosotros queremos, es difícil por la siguiente razón: el mito de la seguridad en el trabajo, de estar sindicalizado, de ir escalando en los rangos laborales, de obtener el reconocimiento de tus superiores, entre otros. Muchas de las razones anteriores al paso de los años y estando en edad avanzada nos daremos cuenta que no existen, no porque la economía sea mala, sino porque la innovación y la economía global están mejor que nunca. No puedes hacer dinero sin vender algo real, no puedes hacer algo real sin imaginarlo primero y no puedes tener imaginación sin rendirte antes a la idea de lograr crear algo de valor para la vida de otro ser humano.

Primera razón: la clase media está muerta, cada vez es más común en grandes corporaciones, o en empresas privadas observar una reducción importante en empleados de clase media, aquellos que realizan tareas administrativas, que solían ocupar grandes espacios llenos de cubículos y realizar diariamente las mismas instrucciones. La clase media trabajadora ha sido remplazada por el outsourcing o por la tecnología que realiza en menor tiempo y con mayor precisión las mismas tareas.

El sueño de tener un trabajo estable, sin innovación alguna y con un sueldo seguro ya no existe. Segunda razón: Has sido remplazado, la mayoría de los trabajos que existían hace 20 años no se necesitan ahora. Los cambios globales, las crisis financieras, los cambios tecnológicos, reformas laborales, etc., ha permitido deshacerse de muchos tipos de empleos que ya no son requeridos, ganando las compañías cientos de millones al año y seguramente la rotación y cambios seguirán.

Tercera razón: Las corporaciones no te quieren, habrá personas para las que esto aún no resulta obvio, la mayoría de las corporaciones quieren que te estanques, que les entregues tu vida, que no crezcas mucho (ya que esto amenaza su estructura), que sigas órdenes ciegamente, que no cuestiones ni analices, que no te des cuenta que extraen tu energía vital para hacer millones de dólares con ella. Básicamente así funciona, cualquier aproximación a un salto evolutivo personal (ya sea en materia profesional o en tu vida privada) es rechazada por el engranaje corporativo. Cuarta razón: El dinero no es felicidad. La típica pregunta es ¿Debo tomar el trabajo que me pague más o el trabajo que me gusta?, la ciencia respalda la idea de que un incremento en el salario no incrementa la felicidad (especialmente después de cierto nivel básico).

Generalmente esto ocurre porque la gente se gasta lo que gana y genera nuevas preocupaciones o necesidades falsas.  

La felicidad o el bienestar en cambio están más ligados al tiempo libre, a las experiencias (y no a las posesiones), a la creatividad (crear valor), algo a lo que generalmente trabajar bajo un estricto horario cumpliendo con cosas que te pide tu jefe difícilmente contribuye. Quinta razón: Cuenta cuántas personas pueden tomar una decisión importante que puede arruinar tu vida. Si estás en una posición en la que la decisión de alguien puede estremecer tu vida al punto de colapsar, no estás bien situado.

Esto no significa que no seas o debas ser vulnerable, el sentido de la frase apunta a que por más que formes relaciones íntimas en las que puedas arrojarte, buscando crear (mundos o momentos) y entregando algo importante de ti, es vital que construyas primero una base sólida en ti mismo y seas independiente. La felicidad o el bienestar apela a no ser susceptible a las contingencias: puesto que descansa en el ser (no en el tener). Aplicado a tu trabajo, si hay alguien en posición de frenar tu desarrollo profesional, de impedir que escribas, diseñes, construyas, plantes, compongas o programes lo que quieres, quizás debas intentar encontrar un nuevo arreglo para que no te limiten.

La semana que entra les daré las otras cinco razones que encontré en ese artículo, mientras tanto, los invito a reflexionar en ellas sin que se tomen de manera literal ni de manera tajante. Finalmente son pensamientos que cada persona, según su condición, podrá asimilar de forma diferente y que ya vistas todas ellas la próxima semana podremos expresar algunas conclusiones. Gracias por su atención hasta el próximo miércoles. ■

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