Conmemoran al poeta Roberto Cabral del Hoyo, a cien años de su nacimiento

“A cien años del natalicio de Roberto Cabral del Hoyo”, fue el título de la mesa redonda que se llevó a cabo dentro de las actividades de las 16 Jornadas Lopezvelardeanas en la que participaron los escritores Maritza M. Buendía y Veremundo Carillo Trujillo, bajo la moderación del poeta Javier Acosta.
En la biblioteca que lleva el nombre del poeta rememorado, los también estudiosos de la literatura hablaron de la vida y obra del poeta zacatecano, quien junto con Dolores Castro y Rosario Castellanos perteneció al Grupo de los Ocho poetas mexicanos.
Maritza M. Buendía dijo que es factible hablar del lenguaje místico y de la hermenéutica como de una semejanza o mejor de un tenue coqueteo; de la hermenéutica como un vehículo de interpretación que permite abrazar al lenguaje místico aún y cuando ese abrazo se traduzca a su derrota. Y es que “es sabido, el lenguaje místico es atrapable por inaprensible, violado por inviolable”, apuntó.
Lo anterior se desprende de un análisis del trabajo en la poesía de la mujer en Cabral de Hoyo. Y “después de que se volviera experto en la metáfora, se torna complejo, se necesita una doble lectura de su escritura, pues convierte con sus metáforas a la mujer, madre y virgen un símbolo, desde el punto de la semiótica”.
Ofreció a los asistentes una reseña de la estancia de Roberto Cabral del Hoyo en la Hacienda de San Miguel de Allende y habló de cómo fue su llegada a la capital del país, lo que hizo en ésta y también habló de sus publicaciones.
En su momento, Veremundo Carrillo Trujillo compartió anécdotas del homenajeado; habló de cómo ayudó al fomento a la lectura al tiempo que recordó la donación de sus libros a la escuela que lleva el nombre del poeta, e hizo referencia de cómo los zacatecanos en la capital lo recordaban y lo admiraban, además por su buen humor y comportamiento.
Carrillo Trujillo destacó el trabajo poético del homenajeado y finalizó leyendo “La autobiografía” que Cabral del Hoyo dio lectura en el año de 1988 en el Teatro Fernando Calderón, en un Encuentro con escritores.